Las mujERES hablan en décimas, con excepción de la “Aristócrata” y la “Madre de Familia”, que hablan en prosa. Ellos fueron escritos por Mónica Pinto, inspirados en la “La mujer de bajo pueblo”, de Gabriel Salazar, y bajo la premisa (y deseo) de que resumen los principales planteamientos de dicho texto.

mujER campesina feliz
Al Perú se exporta trigo,
es mi gran oportunidad.
para huir de tanta maldad,
¡al conquistador maldigo!.


Y hoy a todos aquí digo,
mi casa es un gran cobijo,
y tengo pareja e hijos,
con o sin la iglesia.
Hoy ya nadie me desprecia,
con mis reglas yo me rijo.

Muy de a poco comenzamos,
yo aporté mis dos carneros,
él su yegua con apero,
los vendimos y cobramos.
y un poco’e tierra compramos,
un rancho primero hicimos,
luego casa construimos,
de adobe linda y grande,
Y a to’o el que por aquí ande,
muyyo pacté con mi pareja,
él ara, siembra y cosecha,
lleva trigo pa’ llá abajo.
Yo no tengo ni un relajo,
pues cocino, hilo, tejo,
crío niños, doy consejo,
licores hago con gana,
amaso, y soy artesana,
mis dolores atrás dejo.

Llegando al mil ochocientos,
somos cien mil las mujeres,
tejedoras con deberes,
e hilanderas hay por cientos.
Seguro me ha visto cosiendo,
vendiendo o amasando,
por aquí todavía ando,
¡soy la mujer campesina!,
que ya nadie adoctrina,
soy el centro, estoy al mando.

En torno a mi quehacer,
surge el mundo popular.
Este Chile ha de nacer,
matriarcal y no dispar.
Feliz lo recibimos.