mujER madre de familia
Casi lo logramos.
Obreras y asalariadas nos organizamos.
A principios del SXX protagonizamos las más grandes huelgas de la historia de Chile: La de la carne, la marcha del hambre.
Y en 1925 nos autoconvocamos en asamblea constituyente realizada en el Teatro Municipal de Santiago.
Aprobamos un proyecto de constitución que declaraba la igualdad entre hombres y mujeres…
Y fuimos amenazante alternativa al poder.
Fuimos.
Eso fuimos.
Si no terminó en masacre terminó en olvido.
Mi cultura y conocimientos son considerados atrasados, no modernos.
Pierdo mi autonomía.
Me convirtieron en la “madre de familia”, en la dueña de casa.
¡Calladita se ve más bonita!.
Estuvimos invisibles por décadas.
Pero resurgimos con nuestra capacidad de organización, con nuestras ollas comunes, con nuestra fuerza vital que hasta el día de hoy sostiene las tomas de terreno y campamentos.